Subrogaron un vientre en Ucrania, sus bebés están por nacer y no pueden viajar: “Estamos desesperados”
Natalia Llenort (44) y Diego Maltese (42) son de San Justo, provincia de Buenos Aires. Están casados desde 2006, y hace 13 años que sueñan con convertirse en padres. Tras agotar sin éxito todas las vías de fertilidad y adopción, hace 10 meses decidieron tener una hija por gestación subrogada en Ucrania.
Ante la imposibilidad de concebir optaron por madres subrogantes en el exterior. Son 17 familias en la Argentina que no pueden volar para estar durante el alumbramiento o buscar a los recién nacidos. “Algunos están por cumplir dos meses, otros con fecha pronta de parto”.
No pudo contener la emoción, la noticia les devolvió la esperanza. Lágrimas de felicidad, seguida de un risa contagiosa, abrazos y otra vez el llanto. Después de más de un década de intentos fallidos, en diciembre de 2019, Natalia y Diego, recibieron la confirmación del embarazo. “No nos acordábamos que se podíamos ser tan feliz”.
Natalia Llenort (44) y Diego Maltese (42) son de San Justo, provincia de Buenos Aires. Están casados desde 2006, y hace 13 años que sueñan con convertirse en padres. Tras agotar sin éxito todas las vías de fertilidad y adopción, hace 10 meses decidieron tener una hija por gestación subrogada en Ucrania. “Ya había empezado de manera particular el último tratamiento de fertilización. Estaba en la etapa de estimulación hormonal, pinchazos, inyecciones… Es feo porque no te sentís bien físicamente, además del temor al fracaso porque ya habíamos perdido un bebé en 2016”.
Hasta que el relato exitoso de un amigo los hizo conocer el centros de alta complejidad BioTexCom en Kiev. “Fuimos a una presentación en Buenos Aires, y Diego me miró y me dijo: ‘Vos no vas a sufrir más. Vamos a probar la subrogación’”.
Desde 2015, Kiev se convirtió en el centro internacional más importante de madres subrogadas. Parejas del mundo entero se trasladan a la capital de Ucrania en busca de una esperanza. De acuerdo a la regulación del país pueden acceder al tratamiento matrimonios casados y heterosexuales que prueben médicamente sus imposibilidad para tener hijos. A su vez, al menos un padre debe tener una conexión genética con el bebé. Según cuál sea la institución que se ocupe de la subrogación, esta cuesta entre 30.000 y 55.000 dólares.
Una vez que nacen los bebés, no tienen más contacto con la gestante subrogante. Con apenas minutos de vida son entregados a sus padres y a los dos días son dados de alta, algo que para algunos hoy será imposible. A raíz del cierre de fronteras por el confinamientos casi global, hoy esos bebés nacen sin la presencia de sus padres adoptivos, por lo que son trasladados a hoteles adaptados como nursery a la espera de sus familias.
Con ahorros propios y la colaboración de sus familiares, Natalia y Diego pudieron juntar el dinero para viajar a Ucrania. “En septiembre de 2019 dejamos nuestro material genético, a los dos meses nos confirman la noticia. Esperamos como nunca a nuestra primera hija Emilia Guadalupe para agosto. Pero en el medio se desató la pandemia y no contamos con la autorización para poder volar a buscarla”.
Ahora tienen que enfrentar este nuevo obstáculo en su larga lucha física, económica y emocional. Emilia Guadalupe, la primera hija del matrimonio, podría nacer sola a más de 14 mil kilómetros de distancia de sus padres. “Por la pandemia no tenemos permiso para volar ni para ingresar a Ucrania. Tiene fecha para mediados de agosto, pero puede adelantarse, y además tenemos que hacer una cuarentena previa”.
La pareja vive, una vez más, la angustia y la incertidumbre. “Fue muy duro llegar a este punto, pero lo logramos. El embarazo cursa su semana 22, ya estamos preparando su cuarto. Explotamos de felicidad con cada ecografía o informe médico, sabemos que nuestra hija está muy bien. Pero por el otro lado, tenemos que lidiar con la desesperación de saber que podría nacer sola en el exterior”.
Melisa Perez Martínez (37) y Tomás Volgin (34), tiene menos tiempo aún. Su hija Nina nacerá en apenas 8 semanas, la posible fecha de parto es el 29 de junio. “La gestante está con un cerclaje cervical para evitar que nazca prematura, sumado a esto tenemos que respetar las dos semanas de cuarentena. Ya recibimos la carta de invitación de la clínica BioTexCom y no contamos con la respuesta de Cancillería”.
Felipe en los hombros de su papá Tomás y Melisa, en uno de los cuatro viajes que debieron hacer a Kiev con el sueño de ser padres nuevamente
Son padres de Felipe -de seis años- que también está emocionado con la llegada de su hermanita. “En el parto de mi primer hijo contraje una bacteria intrahospitalaria, me tuvieron que realizar una histerectomía. Sin útero, obviamente no puedo volver a concebir”.
Viajaron cuatro veces a Kiev, con estadías de 20 días, para realizar la estimulación ovárica y así poder hacer la fecundación in vitro. Recién la cuarta transferencia resultó exitosa. “Primero perdimos mellizos en la semana 8, después no implantaron y así hasta que el último intento. Con mucho temor por todo lo vivido previamente, esperé más de cuatro meses para contar la noticia. No podíamos soportar más desilusiones y pérdidas”.
Se siente frustrados y con mucha angustia porque estando tan cerca de la llegada de su segunda hija, la pandemia interrumpe todos sus planes. “Estamos a un paso, y esta nueva situación nos vuelve a poner a prueba. Deseamos volar los tres porque Felipe está muy involucrado en este proyecto de familia, pero si por fuerza mayor se nos imposibilita, irá uno de los dos”.
No son los únicos padres argentinos que están atravesando esta situación. “Somos alrededor de 17 familias, algunos con embarazos muy avanzados, incluso hay tres bebés que nacieron el 30 de marzo, ya cumplieron dos meses carentes del afecto de sus padres. Le pedimos al gobierno argentino un permiso para salir de la Argentina que se será utilizada en la fecha correspondiente”.
Los trámites no terminan ahí. Una vez logrado el permiso para salir, precisan la autorización por parte de la embajada de Ucrania en la Argentina para poder ingresar a Kiev. “Estamos desesperados, ya nos contactamos varias veces y nos responden que está prohibido el ingreso de extranjeros no residentes. Tampoco hay aerolíneas que puedan realizar el trayecto. Necesitamos una respuesta urgente porque no tenemos forma de volar”.
Por Camila Hernandez Otaño
5 de mayo de 2020