Querida Sandra Sabatés:
Tras unos días de vacaciones y desconexión absoluta, al volver a la dura realidad me he encontrado con un vídeo de tu discurso sobre Gestación Subrogada, en el programa “El intermedio”, el pasado 29 de septiembre.
Me parece estupendo que un programa de televisión que se emite en hora de máxima audiencia, reflexione sobre asuntos tan importantes como éste, y que sea una mujer la que lo exponga de forma tan clara como tú lo hiciste. Al escucharlo por primera vez (lo he visto varias veces, como comprenderás, antes de escribirte esta carta), no pude evitar recordar esa maravillosa frase del super héroe preferido de mi hijo “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y después, echarme las manos a la cabeza. Verás, ponerse delante de una cámara para dirigirse, como antes he dicho, en horario de máxima audiencia, a miles de personas, que luego utilizarán a su vez las redes sociales para comentar “la jugada” y llegar a otros miles, implica saber muy bien lo que se va a decir y las consecuencias de nuestras palabras. Ignoro si el discurso lo preparaste tú, si es un guión, o es tu opinión guionizada, tampoco me importa, porque, en cualquier caso, está claro que es la opinión de todo un programa.
A lo largo de tu intervención, querida Sandra, hay partes que me sorprenden, otras, me “chirrían”, y la gran mayoría, directamente me cabrean.
Para empezar, te diré que soy madre de un niño de siete años, que concebí, gesté y parí yo misma; para ser más exacta, después de varias horas de parto, mi hijo acabó naciendo a través de cesárea. A pesar de ello, y por más que me esfuerzo, no lo recuerdo como un “duro proceso físico y emocional”, sino como una época maravillosa, en la que sentía crecer la vida en mi interior. Tuvo sus momentos, como todo en esta vida, pero, desde luego, mi experiencia nada tiene que ver con tu descripción. Lo que sí me supuso una dura experiencia física y emocionalmente, fue el largo proceso para quedarme embarazada por mis problemas hormonales: querer ser madre y dudar si podrás serlo es algo que sólo las mujeres que pasamos por ello sabemos lo que puede llegar a doler. Me gustaría que me dijeras si habéis hablado con alguna mujer con este perfil para elaborar tu discurso.
“Creo que nadie puede negar que el negocio de los vientres de alquiler deshumaniza y cosifica a la mujer, convirtiéndola en un mero producto de mercado”. Una gran oración llena de insultos de los que, quiero pensar, ni siquiera os habéis dado cuenta. Para empezar, si vuestra intención es defender a las mujeres que, según vuestra teoría, acuden SIEMPRE a esta práctica por presiones y necesidades económicas, lo primero que les debéis es RESPETO. No son vientres, son mujeres enteras, con sus ojos, sus manos, sus orejitas y demás componentes. Por los motivos que sea, y les paguen lo que les paguen, no son un útero alquilado. Jamás he conocido a nadie a favor de la Gestación Subrogada que deshumanice a las gestantes como hacéis vosotros, sus grandes defensores.
Me gustaría que me contaras con cuántas gestantes os habéis entrevistado antes de escribir este discurso. No es complicado, tienen tantas ganas de hablar, que incluso han grabado vídeos contando su historia, sus motivos y su experiencia. Algunas se emocionan al recordarlo. Son madres de familia, con trabajo y una posición económico-social estable, que un día decidieron donar su capacidad de gestar, sí, de forma altruísta, contribuyendo a formar familias donde el amor se derrocha a raudales. ¿Por motivos económicos?, también, sin duda hay otras mujeres que lo hacen por necesidad, pero quizás deberíamos ponernos en su piel. Tú eres madre, Sandra, si tu hijo pasara hambre o frío, ¿gestarías para otra familia si eso le asegurara comida y una cama cada noche?. Desde nuestra posición, desde la vuestra, es tan fácil decidir qué está bien y qué está mal, que asusta. Incluso si una mujer quiere hacerlo por dinero, sin más, ¿quiénes somos para prohibírselo?; El problema no reside en LOS MOTIVOS POR LOS QUE UNA MUJER DECIDE CONVERTIRSE EN GESTANTE, SINO EN QUE LO HAGA LÍBREMENTE Y CONVENCIDA,
DE MANERA CONSCIENTE Y CON UNA REGULACIÓN GARANTISTA PARA TODAS LAS PARTES. El sexo es maravilloso cuando lo practicas porque y con quien quieres; si te fuerzan, si te obligan, si te amenazan para hacerlo, entonces, no hablamos de sexo, hablamos de violación. Ninguna mujer (ni hombre) debe ser forzado a hacer nada con su cuerpo que no quiera hacer, en eso, estaremos siempre de acuerdo. Y por ello me gustaría volver a preguntarte, ¿cuántas gestantes os han contado su historia antes de escribir tu discurso?.
También me encantaría que me contaras a cuántas familias nacidas de la Gestación Subrogada habéis conocido. Algunas de ellas se han hipotecado para toda la vida para cumplir su sueño, han viajado a otros países, han estado al lado de sus “ángeles” gestantes durante los últimos meses del embarazo, han compartido ecografías en la distancia, han presenciado el parto de sus bebés, porque eso jamás debéis olvidarlo, son SUS BEBÉS. ¿Os cuesta entenderlo?, tú, Sandra, ¿no lo harías jamás?. Lo respeto. Hay que tenerlo muy claro, saber en lo más profundo de tu ser que gestas al bebé de otros, pero, si un día eres capaz de entenderlo, te acercarás a pensar como pensamos muchas mujeres que han sido, son y nos gustaría ser gestantes. Sí, ¡sorpresa!, algunas mujeres estaríamos encantadas de serlo si en nuestro país se permitiera. Sé que esto rompe vuestro discurso, porque yo tengo una carrera universitaria, trabajo, tengo una familia estable y vivo “bien”, y sin embargo, gestaría un bebé para otros, de forma ALTRUÍSTA. No es una quimera, es una realidad que no queréis ver, porque entonces vuestro discurso paternalista se desmoronaría. De la misma manera que no os interesa conocer a familias formadas gracias a la Gestación Subrogada, porque no podríais volver a miraros a un espejo después de haber llamado a esos niños “materia de comercio”.
Sobre si ser padres es un deseo o un derecho, es una discusión que dejo a los especialistas. Aún así, y puesto que os empeñáis en defender tanto los derechos de las mujeres, me gustaría saber por qué no defendéis el mío a decidir sobre mi cuerpo, y con cuántas mujeres como yo habéis hablado antes de escribir tu discurso. Si consideramos que una adolescente es autosuficiente para decidir abortar, digo yo que las mujeres que pasamos de los 30 años lo seremos para optar por ser gestantes si así lo queremos, ¿no?. Las mujeres no somos débiles, Sandra, la debilidad no tiene género, sino circunstancias.
Por último, querida Sandra, me parece del todo razonable que le pidas a nuestros políticos que no se dejen llevar por “las modas o deseos de grupos de presión” cuando legislen sobre algo tan “delicado”, lo que me lleva a unas últimas preguntas, ¿por qué no predicasteis con el ejemplo?, si consideráis éste un tema tan delicado, ¿por qué no habéis realizado la labor periodística que se espera de vosotros antes de escribir un discurso cargado de tópicos tan insultantes?, ¿por qué no habéis medido las consecuencias de vuestras palabras?. Habéis fomentado el odio contra las familias por Gestación Subrogada sin conocerlas, habéis hecho que sean señaladas, que los menores que tanto os preocupan y que entienden su origen mucho mejor de lo que seréis capaces de entenderlo vosotros jamás, se sientan discriminados. Habéis conseguido que en las redes sociales, comentando vuestro vídeo, haya quien hable de niños comprados, de padres traficantes de bebés… Incluso, alguien escribió a una mujer que estaba defendiendo esta práctica: “pues cómprate un perro”. Y no pude seguir leyendo.
Eso habéis conseguido, Sandra, enhorabuena por vuestro trabajo.